La epoca sovietica conocio muchas inventivas cientificas de lo mas estrafalarias. No todas ellas fueron completamente carentes de sentido. Habia algo razonable en la propuesta de cultivo de los cactuses para alimentar a los animales en las zonas deserticas, de aprovechamiento de los alces en la agricultura o cruce de los muflones asiaticos con las ovejas merinas. Sin embargo, la mayoria de aquellos proyectos extravagantes repetia el mismo destino: tras una ruidosa campana mediatica desaparecian sin dejar rastro de la esfera publica.
Las fantasmagorias, que abundaban en el mundo de la ciencia sovietica, convivian con ideas visionarias e importantes descubrimientos. Paradojicamente, algunas de las mejores ideas, asi como sus autores, no siempre recibian el apoyo y trato merecido. Basta recordar la vida y la muerte del celebre botanico y genetista Nicolas Vavilov o largos anos en prision y campos de concentracion del famoso constructor de la primera nave espacial rusa Serguei Koroliov.
El desarrollo de la verdadera ciencia sovietica iba paralelo con la proliferacion de la pseudociencia a lo largo de toda la historia de la URSS. No obstante, hablando de las extravagancias cientificas resulta especialmente interesante el periodo de los anos 1920-1930.
Despues de la revolucion de octubre, una muy significativa parte de la elite intelectual rusa abandono voluntariamente o fue expulsada del pais de los Soviets. Solo dos «barcos de los filosofos» se llevaron a Alemania 160 destacados representantes de la intelligentsia rusa. Pero muchos otros cientificos se quedaron en la URSS y trabajaron para el estado sovietico.
Especialmente sorprendentes fueron los experimentos en el campo de biologia y medicina. De nuevo, tras conseguir resultados esperanzadores, mas de uno termino malogrado siendo bloqueado por los movimientos pseudocientificos. Sirve de ejemplo la famosa campana de acoso sociopolitico que recibio el nombre de lysenkismo.
Trofim Lysenko, autor de una de las frases mas celebres de la epoca estalinista («la vida ha mejorado, ahora es mas interesante»), que en 1940 se convirtio en el director del Instituto de Genetica, asfixio en sus inicios la genetica sovietica y la agricultura que tuvieron comienzos muy prometedores bajo el mandato de su predecesor Nikolai Vavilov. Cierto es que los companeros de trabajo de Lysenko eran conscientes del valor de ese cientifico pues cuando despues de su muerte en los 1970 se hizo un llamamiento para reunir fondos destinados a brindarle un «merecido» entierro, fueron pocos los que respondieron a la llamada.
En los 1920, una de las fantasias cientificas mas persistentes fue la de prolongar la vida y, de ser posible, alcanzar la inmortalidad de los envejecidos lideres del partido comunista. Alexandr Bogdanov (su verdadero apellido fue Malinovski) fue un destacado politico social-democrata y mas tarde bolchevique. Durante un tiempo rivalizo con Lenin por la influencia en el partido, pero a partir de 1912 abandono la vida politica activa para dedicarse a la ciencia.
Siendo medico-psiquiatra de formacion, fue ademas un pensador polifacetico. Una vez instaurado el estado sovietico, Bogdanov fundo en Moscu el Instituto de Transfusion de Sangre donde llevo a cabo estudios ambiciosos. Su idea predilecta fue que la transfusion de sangre puede ayudar al hombre a prolongar su vida e incluso cumplir el sueno de la humanidad de alcanzar la inmortalidad. Exponiendo su teoria escribio: «… tenemos fundamentos para pensar que la sangre joven, con sus componentes procedentes de los tejidos jovenes, es capaz de ayudar a un organismo envejecido en su lucha en aquellos ambitos en los que esta siendo derrotado, es decir, en los que ‘envejece'».
Junto a otros representantes de la elite del partido, entre los que estaba la hermana menor de Lenin, Bogdanov organizo un proceso de trasfusion e intercambio de sangre entre los comunistas jovenes y veteranos. De acuerdo a su teoria, el organismo de los miembros del partido de avanzada edad debia de rejuvenecer mientras que los jovenes iban a adquirir, supuestamente, la sabiduria y la experiencia de sus camaradas mayores. Pronto, esos tratamientos se hicieron muy populares entre la elite bolchevique y, probablemente, se habrian extendido en el tiempo de no ser por un caso que le costo la vida al mismisimo Bogdanov. En 1926, le inyectaron sangre de un joven comunista enfermo, accion que derivo en un resultado fatal para el cientifico.
Este metodo para alargar la vida estaria destinado a engrosar la lista de los experimentos tragicomicos de los anos 1920 si la idea de Bogdanov hubiera sucumbido junto a su creador. Sin embargo, en 2008 en uno de los hospitales de la ciudad californiana de Palo Alto se llevo a cabo un experimento similar, pero esta vez en ratones. Los roedores senior recibieron la sangre de sus jovenes congeneres, y viceversa. Los investigadores hallaron que el tratamiento activaba en los ratones viejos la division de las celulas nerviosas en una de las zonas mas importantes del cerebro, hipocampo. En cambio, las inyecciones de la sangre de los mayores deceleraba el mismo proceso en caso del hipocampo de los ratones jovenes. Asi pues, la idea de Bogdanov fue retomada y confirmada por la ciencia moderna.
Por cierto, otras tecnologias desarrolladas en el Instituto de transfusion de Sangre, fundado por Bogdanov, fueron adoptadas fuera de la URSS. Asi, por ejemplo, el metodo siniestro de extraccion de sangre de los cadaveres fue ampliamente utilizado durante la Guerra Civil en Espana debido a la escasez de la sangre obtenida por medio de otros metodos mas convencionales.